Nuevo caso hepático

Con el anterior ejemplo vimos la importancia de las pruebas analíticas para el diagnóstico de enfermedades hepáticas, una vez se tiene sospecha de que el problema al que nos enfrentamos está en este órgano. 

Para repasar el conocimiento adquirido, vamos a trabajar con otro nuevo caso:

Un hombre de 45 años tiene los siguientes resultados de un análisis de sangre rutinario. Nuestro paciente se encuentra aparentemente bien y no cree tener ningún problema. Sin embargo, observamos que sufre de hepatomegalia

Bilirrubina (total)

15 umol/l

[3-20]

Albúmina

40 g/l

[35-50]

AST

434 U/l

[10-50]

ALT

198 U/l

[5-40]

FA

300 U/l

[30-150]

y-GT

950 U/l

[<60]

La hepatomegalia hace referencia al agrandamiento del hígado como consecuencia de una inflamación. Esta, a su vez, puede ser un síntoma de diferentes enfermedades hepáticas o puede deberse a la presencia de tumores, a la acumulación de sustancia o a una insuficiencia cardiaca. Por tanto, partimos de la base de que nuestro paciente, aunque no presente ningún malestar, puede estar gestando algún problema hepático.

Esto lo confirmaremos o rechazaremos gracias a los análisis bioquímicos. 

Anomalías

Como en el caso anterior, lo primero que tenemos que hacer es fijarnos en si los parámetros entran en las medidas normales. Gracias a los intervalos de la columna de la derecha de la tabla, vemos que la bilirrubina y la albúmina se encuentran en niveles normales. Así que de momento todo bien ✌. 

Sin embargo, el resto de sustancias (AST, ALT, FA y y-GT) han aumentado considerablemente y se salen, con diferencia, del límite superior de referencia 💥🙅💥🙆💥. 

Dentro de las aminotranferasas observamos que el nivel de AST ha aumentando a más de tres veces el límite superior de referencia- 434 > 150- lo que nos indica que hay mucha más actividad de esta sustancia en la sangre resultante de una liberación anormal de esta, como resultado de procesos apoptóticos. El nivel de ALT también aumenta más de tres veces el límite superior de referencia, lo cual nos indica que estamos ante un problema específico del hígado, pues esta enzima es más específica que la anterior. 

A continuación, calculamos el ratio AST/ALT, que en este caso es 2,192 > 2, por tanto nuestra primera sospecha es que nos encontramos ante una hepatitis alcohólica o algún tumor metastásico

El siguiente aspecto a examinar son los niveles de fosfatasa alcalina, que, por su parte, aumenta justo a dos veces el límite superior de referencia. Asimismo, el incremento de la y-GT es muy destacable ya que es 15 veces la referencia. 

Posible diagnóstico

Con estas dos últimas alteraciones descartamos que estas se deban a tumores metastásicos y nos afianzamos en la hipótesis de que el paciente presenta hepatitis alcohólica, ya que es característico de esta patología el presentar unos niveles muy elevados de y-GT y un aumento de FA, lo cual se puede deber algún proceso extrahepático o metastásico, por lo que hay que tener presente este dato para la realización de pruebas que nos indiquen en qué estado está el paciente. 

Esta enfermedad consiste en la inflamación del hígado causada, muchas veces, por un consumo abusivo de alcohol prolongado en el tiempo. Se asocia a otras alteraciones como la esteatosis, la formación de cuerpos de Mallory-Denk, fibrosis pericelular y perivenular, el agrandamiento del hígado (hepatocellular ballooning) y la respuesta inmune de naturaleza multifactorial. 

Podemos suponer debido a los niveles altos de y-GT que la hepatitis alcohólica está evolucionando a esteatohepatitis. Esto es debido a una falta de equilibro entre la adquisición y la eliminación de triglicéridos, los cuales se acumulan en el citoplasma del hepatocito, pudiendo generan necroinflamación, fibrosis y, en casos graves, cirrosis o carcinoma hepatocelular (HCC).  


Figura perteneciente al artículo "Recent advances in alcohol-related liver disease (ALD): summary of a Gut round table meeting" de Avila M.A et al. 

Confirmación y nuevas pruebas 

La hepatitis alcohólica tiene diferentes etapas: 

- La primera es una fase prodomo, en la que el paciente presenta malestar genera, cansancio, anorexia y hepatomegalia- Este último es el único síntoma de nuestro paciente.

- Después evoluciona a la fase de ictericia que empieza a los 3-10 días.

- Y finalmente, tenemos la fase de curación.

Podemos sospechar que nuestro paciente está en la primera fase al  tener los niveles de bilirrubina normales. Así que lo que tenemos que hacer es saber en qué estado se encuentra el hígado. 

Para ello vamos a recurrir a una biopsia hepática para el posterior análisis del tejido mediante análisis histológico. De esta forma, podremos mirar si el paciente presenta hígado graso o esteatosis:


Figura del tejido hepático en el que se encuentran hepatocitos hinchados (señalados con flechas). Esta imagen pertenece al artículo "Hepatocellular ballooning in NASH. Journal of hepatology," de Caldwell, S. et al.  

¡Y con esto acabamos con el hígado! 😁💪

Espero que os haya quedado claro que es buena idea cuidar este órgano tan importante para el correcto funcionamiento del cuerpo. 

Sed buen personal sanitario y manteneos atentos a las siguientes publicaciones. ¿Queréis saber de que van? 😋🙊

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