De riñón en riñón y... ufff, algo no anda bien aquí

Buenos días expertos personajes del mundo de la salud 💪

Como decía el padre de la medicina "Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la Naturaleza. Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades aparecerán de repente" 

A pesar de la "ligera" diferencia entre los conocimientos que se tenían en el 400 a.c y los actuales, esta cita sigue siendo válida hoy en día, pues hay muchos aspectos que podemos controlar con el fin de gozar de una salud estable y un correcto funcionamiento del cuerpo. 

La dieta y nuestro estilo de vida influyen en la composición de nuestro ser, pudiendo entenderse este tanto como la parte orgánica o como tu psique. Y son es tan importantes, hay que prestarles atención!!!!!!!

Para ilustrar esto, me gustaría hablar de la diabetes y la nefropatía diabética 😜 O sea, en esta entrada vamos a hablar de ese órgano duplicado que nos hace levantarnos en medio de un examen para ir al baño corriendo. EL RIÑÓN. 

Para empezar, es necesario aclarar que la diabetes mellitus (DM) es una enfermedad que se caracteriza por unos elevados niveles de glucosa en sangre causados por una falta de insulina, la cual es la hormona que permite el uso de la glucosa por algunos órganos. 

Podemos distinguir dos tipos: 

- la diabetes mellitus de tipo1, en la cual las células beta pancreáticas se ven destruidas o pierden su función de forma que no pueden sintetizar insulina.

- la diabetes mellitus de tipo 2, que suele deberse a una progresiva resistencia, principalmente de las células del hígado y músculo, a la insulina. Es decir, a pesar de que se produce insulina en el páncreas, las células de los órganos que la necesitan no la detectan y no permiten que se activen los mecanismos de entrada de glucosa al hígado o al músculo. 

Las causas de ambas son diferentes. La primera se debe a factores genéticos o enfermedades autoinmunes y se diagnostica a edades tempranas; mientras que la segunda es debida a una sobreexposición de azúcares o como consecuencia de tener obesidad. (De ahí la importancia de la dieta)

Y si vamos a hablar de los riñones, ¿por qué comentamos esta información?

Pues porque según un estudio realizado por el hospital universitario de Valdecilla en Santander, se estima que entre un 25 % y un 30 % de los pacientes diabéticos sufrirán alguna forma de nefropatía 😟, es decir, algún daño, enfermedad u otras anomalías del riñón. De entre ellas, vamos a centrarnos en la nefropatía diabética. 

Esta patología tiene una sintomatología inicial que incluye la elevación de la excreción urinaria de albúmina en estadios iniciales; y posteriormente puede derivar en proteinuria, llegando incluso a rango nefrótico y al deterioro progresivo de la función renal. Es más, según los datos del Registro Español de Enfermos Renales, es la causa principal de la entrada en diálisis. 

Por tanto, la nefropatía diabética es una severa complicación de la diabetes y una de las principales causas de la enfermedad renal en estadio terminal, es decir, puede degenerar en la casi completa reducción de la tasa de filtración glomerular (TFG) del riñón y por tanto, en la reducción de la función renal a menos del 10%. Además, se estima que el tiempo medio que tarda esta enfermedad en producir esta insuficiencia renal crónica terminal o el inicio de diálisis es de unos siete años 👀😵👀.

En la DM tipo 1, de media se espera que la nefropatía incipiente aparezca pasados 15 años desde el diagnóstico y presente una incidencia estable en los últimos años. Debido a esto, a partir del quinto año del diagnóstico se debe revisar periódicamente el cociente albúmina/creatinina en orina.

En el caso de que tu paciente padezca DM tipo 2, hay que considerar el aumento del riesgo, puesto que tras 30 años de evolución casi la mitad de estos pacientes presentará nefropatía, por lo que, en este escenario las revisiones son muy importantes. 

En ese mismo estudio se indica que el padecer un síndrome nefrótico (SN) cuando sufres también diabetes puede llevar a la sospecha inicial de nefropatía diabética. El síndrome nefrótico se caracteriza por una hiperproteinuria muy grande en la que se pierden más de 3,5 g de proteína al día, por lo que nos encontramos ante casos de hipoproteinemia. Esto trae como consecuencia que baje la presión oncótica y que el balance presión oncótica/hidrostática se rompa, siendo mayor esta última. Por esta razón sale el plasma y se producen edemas en los pacientes con SN.  👈 Quedaos con este dato!!!

Sumado a esto, encontramos un aumento en la síntesis de lípidos como intento de responder a la falta de proteínas en sangre. Así, el hígado sufre una hiperactividad para sintetizar más lípidos y se produce un hiperlipidemia en sangre y un aumento anormal de los niveles de lípidos en la orina (hiperlipiduria). Además es frecuente que se sume la hematuria al cuadro clínico, es decir, que encontremos sangre en la orina.

En el estudio de Valdecilla se nos plantea un caso clínico que nos puede ayudar a visualizar lo que acabamos de ver. 

CASO CLÍNICO

Tenemos a una paciente de 80 años hipertensa de larga evolución, bien controlada y diabética tipo 2 desde hace 25 años. Está en tratamiento con antidiabéticos orales por reacción alérgica a varios tipos de insulina y presenta hiperuricemia asintomática sin tratamiento, en otras palabras, presenta unos niveles elevados de ácido úrico en sangre, entre otras enfermedades que no están relacionadas con el riñón. 

La mujer fue ingresada en Medicina Interna por un cuadro clínico compatible con gastroenteritis vírica y oliguria (poca excreción de orina); y se le realizó una analítica en la que se observó un deterioro de la función renal (creatinina plasmática [Crp]: 3,4 mg/dl) que se cataloga como prerrenal, mejorando parcialmente con fluidoterapia hasta Crp 1,7 mg/dl.

Sin embargo, antes del ingreso la paciente presentaba una función renal normal (Crp: 0,7 mg/dl; filtrado glomerular estimado [Modification of Diet in Renal Disease, MDRD-4] > 60 ml/min/1,73 m2) sin alteraciones urinarias (elemental y sedimento [EyS]: normal; cociente albuminuria/Cr: 2,5 mg/g).

Además, durante su ingreso se le hizó una serie de pruebas complementarias (PC) en las que podemos destacar hipertrigliceridemia (227 mg/dl), hipoproteinemia (5,2 g/dl), hipoalbuminemia (2,8 g/dl), e indicios de hemoglobina en la orina. Asimismo, se realizó una ecografía renal que no mostró alteraciones. 

La mujer mejoró y se le dio el alta. No obstante, 15 días después acudió a urgencias por síndrome general, disnea, edemas y oliguria en la última semanas. Al reinterrogarla, admite consumo de ibuprofeno habitual (600 mg cada 8-12 horas los últimos tres meses), el cual es un fármaco nefrotóxico; e inmediatamente fue ingresada en Nefrología.

Le volvieron a hacer las PC y se observó:
- Crp: 4,9 mg/dl --> NIVELES ANORMALMENTE ALTOS
- Proteínas: 4,7 g/dl --> HIPOPROTREINEMIA
- Proteinuria en 24 horas > 10 g
- Albúmina: 2,3 g/dl --> HIPOALBUMINEMIA
- Colesterol: 242 mg/dl 
- Triglicéridos: 208 mg/dl, 
- EyS: proteínas ++, Hb ++ --> Hematuria

Durante el ingreso la paciente sufrió un empeoramiento de la función renal hasta Crp 6 mg/dl, con falta de orina (anuria) y edemas o acumulación de líquidos masiva y generalizada en todo el cuerpo (anasarca), sin que respondiera al tratamiento con diurético intravenoso en dosis altas, por lo que fue necesario iniciar hemodiálisis.

DIAGNÓSTICO

Con todas las analíticas realizadas, se concluyó que la paciente tuvo síndrome nefrótico de aparición brusca e insuficiencia renal rápidamente progresiva en paciente diabética. Tras el diagnóstico, se realizó una biopsia renal para el diagnóstico histológico de nefropatía diabética (glomeruloesclerosis nodular y difusa con hialinosis arteriolar) y nefropatía túbulo-intersticial con eosinofilia sugestiva de toxicidad farmacológica.

Esta conclusión se debe a que la biopsia mostró que el riñón presentaba glomeruloesclerosis segmentaria y difusa con formación de nódulos eosinófilos (figura 1), las arteriolas presentaban hialinosis franca, es decir, parte del tejido se había degradado, y el intersticio mostraba fibrosis marcada con infiltrados difusos inflamatorios formados por linfocitos maduros y numerosos eosinófilos que producían imágenes de tubulitis, es decir, se veía una presencia de células mononucleares en el epitelio tubular (figura 2).

Figura 1. Biopsia renal. Imagen de microscopía óptica con tinción de hematoxilina-eosina. La imagen muestra lesiones de Kimmelstiel Wilson (glomeruloesclerosis nodular) e hialinosis arteriolar. Imagen cedida por Dr. Javier Gómez (Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander).
Figura 2. Biopsia renal. Imagen de microscopía óptica con tinción de hematoxilina-eosina. La imagen muestra tubulitis e infiltrado intersticial por eosinófilos. Imagen cedida por Dr. Javier Gómez (Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander).

Para finalizar y hacer un pequeño resumen de toda la información que nos aporta este estudio tan interesante, la paciente de 80 años presentó un síndrome nefrótico (SN) con una proteinuria muy elevada, con un deterioro de la función renal y con un edema generalizado caracterizado por una excesiva colección líquida en el espacio extravascular (anasarca). 

Además, habiendo hecho unas analíticas previas al SN, se pueden comparar y comprobar que el debut de síndrome nefrótico es brusco, y un deterioro tan abrupto obliga a la realización de biopsia renal para descartar otras glomerulopatías.

Por si os pica la curiosidad, al final del estudio se indica que la mujer mejoró 😊 y se abordan nuevas técnicas o consejos para el rápido diagnóstico de la ND. Asimismo, se habla del tratamiento que utilizaron 👀 Personalmente creo que al ser un caso tan particular y de una mujer con tantas enfermedades, el tratamiento no es un ejemplo generalizado de medidas a tomar, pero echadle un vistazo si podéis. 

Por mi parte, espero que os haya despertado la curiosidad sobre este órgano tan fundamental en la depuración de nuestro cuerpo. He aprendido mucho y leído sobre muchos más trastornos, así que información hay y muuuchaaaa. 

Y, por cierto, en próximas entradas igual nos desviamos un poco del tema órganos para tratar un suplemento muy conocido en el mundo de los deportes, la creatina. ¿Os animáis a hablar de ella y ver si tiene algún efecto perjudicial? He comenzado a indagar y WOW, parece que es la panacea. 

Cuidaos y nos vemos pronto! 

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